La Primera Guerra Mundial aumentó los beneficios del azúcar en Cuba. La caída de la producción de remolacha en Europa hizo a Cuba el mayor productor de azúcar del mundo, como lo había sido entre 1830 y 1880 (ver El azúcar).
En 1920 los productores de caña consiguieron que se liberalizasen los precios del azúcar y éstos iniciaron una escalada imparable. El 2 de marzo, el azúcar se cotizaba a 19 centavos. El 12 de mayo, a 19 centavos. El 14 de mayo subió a 20,5 centavos. El 17 de mayo, a 21,5 centavos; el 18 de mayo, a 22 centavos y el 19 de mayo, a 22,5 centavos. A pesar de todo, como en aquel año había abundancia de azúcar en el mundo, en los meses siguientes los precios bajaron progresivamente: a 17,5 centavos en junio, a 11 en agosto, a 8 en septiembre, a 4,25 en noviembre y a 3,75 por Navidad. El excedente de azúcar era enorme.
Todos los bancos habían animado a los plantadores y granjeros a pedir créditos sin discriminación durante los cinco años anteriores a 1920. A finales de la década de 1920 los préstamos ascendían a 80.000.000 de dólares, hechos especialmente sobre el precio del azúcar, de 15 a 20 centavos por libra.
En julio de 1920, cuando la euforia estaba justo bajo su punto máximo, las firmas que habían hecho sus pedidos dos meses antes, con los precios en lo más alto, se negaron a aceptarlos. En agosto los productores de azúcar intentaron sin éxito retener sus mercancías para contener la caída de precios. En septiembre, los bancos se enfrentaban a una crisis debida al exceso de compromisos cuando los precios estaban altos. El 6 de octubre, el Banco Mercantil Americano dio un plazo de pocas horas a los beneficiarios de créditos para que los liquidaran. El mismo día los grandes depositantes retiraron el saldo de sus cuentas corrientes. En el Banco Internacional, el 8 de octubre se produjo el pánico y cerró al día siguiente. Bajo petición de los banqueros, el presidente Menocal declaró una moratoria que se inició el 10 de octubre y se extendió hasta el 1 de febrero de 1921.
El 9 de abril de 1921, el Banco Nacional de Cuba cerró sus puertas, reconociendo un pasivo de 67.600.000 dólares, y un efectivo de 1.500.000 dólares. A finales de junio habían quebrado dieciocho bancos en toda Cuba. Las únicas instituciones dignas de crédito eran extranjeras: el National City Bank y el Royal Bank of Canada.
Referencias:
La danza de los millones. En: THOMAS, Hugh. Cuba. La lucha por la libertad. Primera edición. Barcelona: Debate, 2004. Traducción de Neri Daurella. ISBN 84-8306-600-9.


